We can work it out

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In English

Trabajar en grupo es algo que creo que, como Bartleby, preferiríamos no hacer. Pero es necesario sobrellevarlo con dignidad en cualquier entorno profesional. Si tienes la inmensa suerte de trabajar en un equipo en el que encajáis todos bien, sacando partido a las potencialidades de cada uno y aceptando vuestras diferencias y manías (sí, las tuyas también, todos tenemos una pedraíta a veces), disfrútalo y, sobre todo, cuídalo mucho.

Pero si no es el caso, y te toca trabajar con gente a la que no conoces, ahí van algunos trucos que a mí me funcionan, por si te ayudan. Están enfocados fundamentalmente a la carrera universitaria, donde tienes que aprender a manejarte en estas situaciones. De entrada, a lo mejor te parecen un poco estrictos o exagerados, pero si te fijas en realidad son bastante sencillos de implementar y a la larga evitan trabajo y, sobre todo, malos entendidos. Cuando pases a trabajar en una empresa, tendrás que adaptar estas ideas a ese entorno, que tendrá sus propias particularidades.

La causa más frecuente de problemas en un grupo de trabajo es la falta de comunicación dentro de una grupo (potencialmente explosivo) de personalidades y situaciones: se puede juntar gente cuadriculada, desorganizada, que trabaja además de estudiar, que se va a su pueblo los fines de semana, con horarios imposibles, con limitaciones de transporte, con situaciones personales complicadas. Y todo eso sin descartar a los vivalavirgen y los directamente jetas.

Como lo importante es sacar el trabajo adelante sin cargarte de más trabajo del que te corresponda y sin llevarte malos ratos (o muy pocos), yo haría lo siguiente:

1.- Tener una reunión inicial (presencial, online, mixta, como mejor os venga a cada uno), en la que:

· Se deciden cuáles son vuestros medios de comunicación: whatsapp, correo, teléfono…

· Se recogen las limitaciones de horas y fechas que tiene cada uno. Si no contestáis al whatsapp los fines de semana, lo decís. Si os vais de Semana Blanca a esquiar y no vais a estar para nadie, lo decís. Si trabajáis y durante el horario laboral no podéis atender el wasap o el correo, lo decís. No hace falta dar explicaciones o contar vuestra vida si no queréis, basta con que el resto del grupo sepa cuándo estáis accesibles.

· Sed razonables para no imponer como limitación vuestra algo que no es prioritario, y flexibles para aceptar la problemática de los demás.

2.- Se decide si se va a usar alguna aplicación colaborativa de organización (Milanote, Trello…) y un repositorio común de trabajo (Google, github…). Obviamente, si decidís usar alguna de estas herramientas, todo el mundo debe tener acceso, y se tiene que mantener actualizada.

3.- Se reparte el trabajo. Si el trabajo consta de varias tareas muy diferentes entre ellas, intentad aprovechar las habilidades de cada cual: hay gente mejor haciendo transparencias, otra prefiere presentar oralmente, otra programando… Obvio: el reparto debe ser equilibrado y consensuado, y todo el mundo debe estar razonablemente satisfecho con lo que le ha tocado. Aunque cada uno tenga su tarea, el trabajo es una entrega conjunta que debe tener un estilo coherente: se nota mucho (por ejemplo, en el estilo de redacción) cuando el trabajo no se ha revisado conjuntamente y es una unión de los trozos de cada uno. Además, puede ser peligroso si os van a examinar sobre ese trabajo: “es que eso no es de mi parte” no es una respuesta aceptable.

4.- Se establecen finalmente las tareas y sus responsables, y sus fechas y modos de entrega. Si la fecha de entrega final de todo el trabajo es X, conviene que vuestra fecha de entrega sea X-2 días, para así tener margen por si surgen imprevistos (que surgirán).

5.- Podéis discutir y negociar todo lo que haga falta, pero una vez se llega a un acuerdo, se respeta. Procurad que quede algún tipo de constancia por escrito de lo acordado y de que todo el mundo lo acepta (correo conjunto, herramienta de gestión…). En caso de dudas o conflictos posteriores, siempre os podéis remitir a ese acuerdo escrito (en vez del típico “yo te dije”- “tú no me dijiste”).

6.- Cualquier modificación a lo inicialmente acordado tiene que ser aceptada por todo el grupo. Recordad que la comunicación dentro del grupo es fundamental, no es bueno que haya “chupipandis” internas que vayan a su bola sin hablarse con el resto.

Una vez organizado y repartido todo el trabajo, si alguien no puede cumplir con su fecha de entrega, debe avisar a los demás lo antes posible para que podáis reorganizaros. La causa debe ser, obviamente, de fuerza mayor. Lo deseable es que seáis autónomos y re-repartáis (que me perdone la RAE) el trabajo, de manera que alguien se cargue más en ese momento a cambio de que el causante del cambio asuma más tarea después. Si no es posible y veis que no podéis cumplir el plazo de entrega, avisad cuanto antes a vuestro profesor/superior.

Si a pesar de todo esto algún miembro del equipo se desentiende, no cumple con lo acordado o sencillamente desaparece sin más (el ghosting está muy feo: una persona adulta va por derecho y avisa de que abandona el grupo, en vez de generarle un problema a compañeros -y al profesor- que no tienen culpa de nada), avisad inmediatamente a vuestro superior. Gestionar este tipo de situaciones también forma parte del trabajo en equipo, y tenéis que saber manejarlas. Como profesora, si dos días antes de una entrega os descolgáis con que no podéis hacerla porque fulanito o menganita hace dos semanas que no os responden a los correos, os diré que el fallo también es vuestro por no haberme avisado con tiempo.

PD: tu más mejor amigui del alma en la carrera puede ser un pésimo compañero de trabajo. Y no pasa nada, no es algo malo, sólo hay que hablarlo civilizadamente y no dejar que el trabajo dañe una amistad (que es mucho más importante).

PPD: esto es algo que cualquier adulto funcional debería aplicar, pero por si acaso. No se habla/escribe mal ni se cotillea a espaldas de nadie del grupo. Si tenéis algún comentario negativo o delicado que hacer, se dice educadamente y a la cara. En el ámbito académico es importante, pero en el ámbito laboral, todavía más: no seáis el compañero víbora y cotilla.

En Español

Team work is something I believe that, as Bartleby, we would prefer not to. But we have to bear with it with dignity in any professional environment. If you are lucky enough to work in a team where you all fit well together, making the most of each other’s potential and accepting your differences and quirks (yes, you too, we all are a pain in the neck sometimes), enjoy it and, above all, take good care of it.

But if this is not the case, and you have to work with people you have not met before, here you have some tips that work for me, in case they help you. They are mainly focused on college studies, where you have to learn how to manage in these situations. At first, they may seem a bit strict or exaggerated, but if you look at them, they are actually quite simple to implement and in the long run they avoid work and, above all, misunderstandings. When you go to work in a firm, you will have to adapt these ideas to that environment, which will have its own particularities.

The most common source of problems in a work group is the lack of communication within a (potentially explosive) group of personalities and situations: you can find people who are square-headed and others who are disorganised, people who work and also study, people who go back home at weekends, people with impossible schedules, people with conmute limitations, people with complicated personal situations. And all this without discarding the happy-go-lucky ones and those who simply have a nerve.

Since the main thing here is to get things done without overworking and without bad blood (or just a little), I would do the following:

1.- Have an initial meeting (face-to-face, online, mixed, whichever suits each of you best), in which:

· Decide how you are going to talk: whatsapp, mail, phone…

· The time limitations each one of you have are discussed. If you don’t answer the whatsapp at weekends, you say it. If you are going to ski during Spring break and you are not available for anyone, you say it. If you work and during working hours you can’t answer the wasap or mail, you say it. There is no need to give explanations or tell your life story if you don’t want to, just inform the rest of the group when you are accessible.

· Be reasonable so as not to impose as your time limitations something that is not a priority, and be flexible to accept the situations of your workmates.

2.- Decide whether to use a collaborative workflow application (Milanote, Trello…) and a work repository (Google, github…). Obviously, if you decide to use any of these tools, everyone must have access to them, and they must be always updated.

3.- The work is shared out. If the work consists of several very different tasks, try to take advantage of your different skills: some are better at making slides, others prefer to present orally, others excel at programming… Obvious reminder: the distribution must be balanced and agreed, and everyone must be reasonably satisfied with their share. Although everyone has their own task, the work is a joint delivery that must have a coherent style: it is very easily noticed (for example, in the writing style) if the work has not been revised and is just a concatentation of pieces. Also, it can be dangerous if you have to answer exam questions about the work: “I did not work on that part” is not the right answer.

4.- Finally, the tasks and the people in charge are established, as well as the dates and methods of delivery. If the final deadline for all the work is X, you should fixed an internal deadline of X-2 days, so you have a little more time in case unforeseen events arise (and they will).

5.- You can discuss and negotiate as much as you need to, but once an agreement is reached, you should respect it. Make sure that there is some kind of written record of what has been agreed and that everyone accepts it (cc-ed email, management tool, etc.). In case of doubts or later conflicts, you can always refer to this written agreement (instead of the typical “I’m sure I said”- “No you didn’t”).

6.- Any changes to the initial agreement must be accepted by the whole team. Remember that communication within the group is fundamental, it is not good that there are internal “evil cliques” that go their own way without talking to the rest.

Once all the work has been organised and distributed, if someone is unable to meet their deadline, they should inform the others as soon as possible so that you can reorganise yourselves. The cause must obviously be force majeure. It is desirable that you be autonomous and re-shuffle the work, so that someone else takes on more work at that time in exchange for the person causing the change taking on more work afterwards. If this is not possible and you find that you cannot meet the deadline, please inform your teacher/supervisor as soon as possible.

If, in spite of all this, a member of the team is not willing to do what was agreed or simply disappears (ghosting is a very mean thing: a grown-up person stands up and informs that he/she is leaving the group, instead of creating a problem for colleagues – and the teacher – who are not to blame for anything), inform your superior immediately. Managing such situations is also part of teamwork, and you need to know how to handle them. As a teacher, if two days before a deadline you say that you can’t do it because any Tom, Dick, or Harry haven’t replied to your emails for two weeks, I will tell you that it is also your fault for not having warned me in time.

PS: your college BFF can be a lousy co-worker. And that’s OK, it’s not a bad thing, you just have to talk about it in a civilised way and not let work damage a friendship (which is much more important).

PPS: this is something any functional adult should apply, but just in case. You don’t speak ill or gossip behind the backs of others in the team. If you have a negative or sensitive comment to make, you say it politely and to their face. This is important in the academic environment, but even more so in the work environment: don’t be the busybody viper colleague.

Bizarre Love Triangle

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[In English]

Una de las cosas que más disfruto de la Historia es encontrarme relaciones entre personajes, temas y lugares que de pronto se cruzan en lo que estoy haciendo. Mis últimos invitados sorpresa han sido Guillermo Marshal, Simón de Montfort y Leonor de Leicester, con los que me topé inesperadamente a raíz del último viaje a Inglaterra.

Antes de llegar a Londres me preparé una ruta para visitar algunos sitios relacionados con Ricardo III que quería ver. Así que el lunes 15 de abril empezamos la mañana en los Jardines del Temple, por aquello de que Shakespeare sitúa ahí (muy imaginativamente, todo hay que decirlo) una de mis escenas favoritas de Enrique VI P1: cuando Ricardo Duque de York y Edmundo Duque de Somerset eligen las rosas, y por tanto, la casa por la que lucharán. Henry Payne reflejó esta escena en un cuadro que me encanta, tanto que lo tengo colgado junto a mi mesa de trabajo.

By Henry Arthur Payne (1868–1940) – Willsdon, Clare A. P. (2000) Mural Painting in Britain 1840–1940: Image and Meaning (Volume 22 of Clarendon Studies in the History of Art ed.), Oxford, United Kingdom: Oxford University Press, pp. Plate XIV, between pp. 60–61 Retrieved on 18 January 2011. ISBN: 0-19-817515-9., Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=12742371

Si tenéis la oportunidad, visitad los Jardines: no es que sean muy grandes, pero entre lo escondidos que están -por lo menos si entras desde el río, aunque también es posible acceder desde la calle Fleet- y el ambientito medieval que los rodea, tienen mucho encanto.

Ya que estábamos allí, cómo no pasarse por la Iglesia del Temple (sí, yo también tuve mi momento templario por culpa de El Código da Vinci, qué pasa 🙂 ). Así que entramos para descubrir una iglesia muy bonita y con mucha historia a sus espaldas. De hecho, esta es la Nueva Iglesia del Temple: la primera, construida en 1128, estaba en la zona de Holborn; la nueva se construyó entre 1161 y 1185, como se puede ver en esta captura del mapa del Londres Tudor en 1520, en la que he marcado con dos líneas azules la situación de la iglesia vieja (arriba) y de la nueva (abajo).

Aunque es pequeñita, hay muchos detalles que llaman la atención, y personalmente lo que más me atrajo fueron las tumbas, muy antiguas, de varios caballeros, de los que me quedé con el nombre no sé por qué: Guillermo Marshal, primer conde de Pembroke (1146/47-1219), y su hijo, también Guillermo Marshal (1190-1231), segundo conde de Pembroke.

Al día siguiente nos fuimos a Leicester (es sólo una horita y pico de tren desde St. Pancras) a visitar, of course, la tumba de Ricardo III en la catedral, su estatua en la plaza delante de la catedral, y el King Richard III Visitor Centre, donde además de una exposición muy interesante que contextualiza toda la historia de Ricardo III y su influencia posterior, es posible visitar -y pasearse sobre- el lugar donde se encontró su cuerpo. En fin, qué voy a decir: si eres ricardiana, tienes que ir, ya está. Después nos dimos una vuelta por el centro de la ciudad, que es bastante manejable para ir andando. Tras encontrar varias referencias a Simón de Montfort en diferentes sitios, me vine de Leicester con la idea de averiguar un poco más sobre el personaje, del que, a pesar de que el nombre me sonaba de algo, no sabía nada.

Ya de vuelta en casa me puse a investigar: Guillermo Marshal padre resultó ser Guillermo el Mariscal y Simón de Monfort fue el sexto conde de Leicester e hijo de Simón de Montfort el de las cruzadas cátaras (de eso me sonaba el nombre, al final lo de los templarios ha servido para algo 🙂 )

Y, curiosamente, Guillermo Marshal hijo y Simón de Montfort hijo, de los que no sabía nada hasta hacía una semana, están relacionados: parafraseando a New Order, son dos vértices de un Triángulo de Amor Bizarro (qué pedazo de canción), porque ambos fueron maridos de Leonor de Inglaterra (1215-1275) -o Leonor Plantagenet o Leonor de Leicester-, la hija pequeña del rey Juan e Isabel de Angulema, y hermana de Enrique III.

Guillermo y Leonor se casaron el 23 de abril de 1224 precisamente en la Iglesia del Temple. Guillermo tenía 34 años, y hacía casi 10 que había enviudado de su primera mujer, Alicia de Béthune, que murió aproximadamente al año de la boda; Leonor tenía 9 años. Guillermo murió en 1231, dejando a Leonor viuda con 16 años y sin propiedades, ya que se las quedó -sin que tuviera derecho a todas ellas- el hermano de Guillermo, Ricardo, para pagar las deudas del primero. Tras enviudar, Leonor hizo voto de castidad perpetua. Peeeero, las cosas de la vida, en 1238 Leonor y Simón se conocieron y se enamoraron, y aunque contaban con el beneplácito del rey Enrique III, se casaron en secreto; esa boda secreta generó problemas con la iglesia, con la nobleza y con el rey, aunque finalmente la situación se calmó. Aún así, la relación entre el rey Enrique III y el matrimonio de Montfort no fue sencilla: Simón, con el apoyo de Leonor, se enfrentó varias veces a Enrique liderando a los barones en el Parlamento, y finalmente murió junto a su hijo Enrique en la batalla de Evesham contra Eduardo, el hijo de Enrique III y futuro Eduardo I Longshanks (Piernas Largas). Tras la muerte de su marido y su hijo mayor, Leonor gestionó el patrimonio familiar y finalmente se retiró a Francia, donde murió.

Y unas cuantas casualidades más:

  • El cuarto hijo de Leonor y Simón, Guido de Montfort, fue un ancestro de Isabel Woodville, la reina de Eduardo IV, ambos personajes fundamentales de La Guerra de las Rosas. Aquí dejo un borrador del árbol genealógico entre Guido e Isabel, que recorre media Europa y entronca con familias muy importantes como los Orsini.
  • No se sabe si Simón de Montfort visitó o no Leicester, pero bajo su gobierno llegaron a la ciudad los dominicos y los franciscanos; precisamente, en la iglesia del convento de estos últimos fue enterrado Ricardo III tras la batalla de Bosworth en 1485.
  • Y esta última ya es en plan Stranger Things: Guillermo Marshal fue enterrado en la Iglesia del Temple el 15 de abril… justo el día que la visitamos. ¿Casualidad 😛 ?

[En español]

One of the things I enjoy the most about History is to discover relationships between characters, subjects and places that suddenly come my way. My last unexpected guests have been William Marshal, Simon de Montfort and Eleanor of Leicester, whom I ran into in my last trip to England.

Before arriving in London I planned a tour around some places related to Richard III. So, on Monday 15th of April we started our morning at Temple Gardens, because Shakespeare places there (very imaginatively, must be said) one of my favourite scenes in Henry VI P1: when Richard Duke of York and Edmund Duke of Somerset picked the roses, and with them, the House they will fight for. Henry Payne shown this scene in a picture I love so much that it hangs beside my desk.

By Henry Arthur Payne (1868–1940) – Willsdon, Clare A. P. (2000) Mural Painting in Britain 1840–1940: Image and Meaning (Volume 22 of Clarendon Studies in the History of Art ed.), Oxford, United Kingdom: Oxford University Press, pp. Plate XIV, between pp. 60–61 Retrieved on 18 January 2011. ISBN: 0-19-817515-9., Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=12742371

If you have the chance, you should visit the Temple Gardens: they are not very big, they are quite hidden -at least, if you arrive there from the river, though you can also access from Fleet street- and the medieval atmosphere of the surroundings create a lovely scenery.

Since we were there, we could not miss the Temple Church (yes, I had my templar phase because of The Da Vinci Code, so what 🙂 ). And we discovered a very beautiful church with a long history. In fact, this is the New Temple Church: the first one, built in 1128, was in the Holborn area; the new one was built between 1161 and 1185, as you can see in this screenshot of the map of Tudor London in 1520, where I have marked with two blue lines the locations of both the old (top) and the new church (bottom).

Though it is quite small, there are plenty of details that catch your attention, and in my case the most appealing things were the very old tombs of several knights, whose name stuck in my mind I don’t know why: William Marshal, first Earl of Pembroke (1146/47-1219), and his son, also William Marshal (1190-1231), second Earl of Pembroke.

Next day we went to Leicester (is just about an hour and a half from St. Pancras), to visit, oh yeah, Richard III’s tomb in the cathedral, his statue in the square in front of the cathedral, and the King Richard III Visitor Centre, where, besides a very interesting exhibition that contextualizes Richard III’s story and his later influence, you can also visit -and walk over- the place where his body was found. What can I say: if you are a ricardian, you must go there, that’s it. Then we went for a walk around the city center, which is easy to cover by walk. After finding several references to Simon de Montfort in different places, I left Leicester with the idea of learning about that character of whom, despite that the name was familiar, I did not know a thing.

Back at home I did my homework: William Marshal senior turned out to be William the Marechal, and Simon de Montfort was the 6th Earl of Leicester and son of that Simon de Montfort of the cathar crusades (that’s why the name rang a bell, in the end the templar phase had its benefits 🙂 )

But, curiouser and curiouser, William Marshal son and Simon de Montfort son, of whom I knew nothing the week before, are both related: as New Order would say, they are the two vertexes of a Bizarre Love Triangle (what a beautiful song), since they both were married to Eleanor of England (1215-1275) -or Eleanor Plantagenet or Eleanor of Leicester-, the youngest daughter of King John and Isabella of Angoulême, and sister of King Henry III.

William and Eleanor married on 23rd April 1224 in this very Temple Church. William was 34, and had been a widower for almost 10 years by his first wife, Alice de Béthune; Eleanor was 9 years old. William died on 1231, so Eleanor became a 16 years old widow without property because Richard, William’s brother, took all of them -though he had not the right to all of them- to pay the former’s debts. After losing her husband, Eleanor made a perpetual chastity oath. But, surprise, on 1238 Eleanor and Simon met, fell in love and, albeit they had the blessing of King Henry III, they married secretly; that secret wedding was a source of problems with the Church, the nobility and the king, though in the end all the fuss calmed down. Even so, the relationship between Henry III and the de Montforts was not easy: Simon, supported by Eleanor, defied Henry several times as the leader of the barons in the Parliament, and finally died along with his son Henry in the battle of Evesham, fighting Edward, king Henry’s son and future Edward I Longshanks. After the deaths of both her husband and her eldest son, Eleanor managed the family wealth, and finally she moved to France, where she died.

And a few more coincidences:

  • The fourth son of Eleanor and Simon, Guy de Montfort, was an ancestor of Elizabeth Woodville, queen to Edward IV, both relevant characters in The Wars of the Roses. Here you have a draft of the family tree between Guy and Elizabeth, that travels across half Europe and connects to very important families, like the Orsinis.
  • It is unknown if Simon de Montfort really visited Leicester or not, but under his rule blackfriars and greyfriars settled in the town; it was in the Greyfriars Church where Richard III was buried after the battle of Bosworth in 1485.
  • And this one is á lá Stranger Things: William Marshal was buried in the Temple Church on April 15th, precisely the day we visited the church… Coincidence 😛 ?

Fuentes/Sources:

Please Mr. Postman

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[In English]

Escribir un correo electrónico no parece una cosa muy complicada. Sin embargo, cada año recibo correos de alumnos que, vamos a decirlo suavemente, son manifiestamente mejorables. Esto me llama mucho la atención, porque se supone que son nativos digitales, y por tanto deberían manejarse sin problema. Pero me temo que conocen la herramienta (el correo electrónico) pero no cómo usarla adecuadamente (es decir, cómo redactar un correo electrónico correctamente). Esta carencia también la he detectado en los alumnos de movilidad internacional que vienen a nuestra universidad, así que el problema parece estar internacionalizado (lo sé, lo sé, mal de muchos consuelo de tontos…)

Así que aquí van algunos consejos para alumnos que deban escribir un correo electrónico formal, como por ejemplo a un profesor, aunque también son extensibles a otras situaciones, como contactar con una empresa para solicitar un puesto de trabajo, etc. Y me da lo mismo si estás escribiendo desde el móvil o si tienes prisa (perdona, pero ni tú ni yo somos tan importantes 🙂 ): hay que ser educado en cualquier situación y, además, una mala impresión inicial es difícil de olvidar.

  • Empieza siempre con un encabezamiento adecuado. Dependiendo del grado de confianza y de la situación (si es la primera vez que escribes un correo a esa persona, por ejemplo), puede ser más o menos formal: “Hola”, “Estimados señores”…
  • A continuación, identifícate. Aparte de que es lo correcto, ten en cuenta que los profesores tenemos varias asignaturas, y en cada una de ellas, unos cuantos (o unos muchos) alumnos. Con decir tu nombre y de qué asignatura eres ya es suficiente, a no ser que explícitamente se os pida más información.
  • Procura redactar de manera clara y concisa. Abrir un correo y encontrarte una epístola desmoraliza a cualquiera. Intenta explicar lo que quieres/necesitas de la manera más resumida que puedas. Ya sabes, lo bueno, si breve, dos veces bueno.
  • No redactes como si estuvieras hablando. No es lo mismo, y los textos escritos así dan una impresión penosa. Cuida también el tono, ten en cuenta que en un correo el profesor no percibe ni tu entonación ni tu lenguaje corporal, y cosas que tú crees que estás contando de manera relajada, al leerlas sin verte suenan fatal.
  • Si en tu correo estás solicitando algún trámite o información (la firma de algún documento, preguntar cuándo son las tutorías -aunque deberías haber comprobado si esa información la puedes localizar por tus propios medios-), da las gracias. No cuesta tanto ser educado, y te aseguro que se agradece.
  • Finaliza el correo con un despedida agradable. Un simple Un saludo es suficiente.
  • Antes de pulsar Enviar (I), repasa de nuevo el correo y corrige los despistes de redacción, ortografía, etc. que pueda haber (que los habrá, créeme :))
  • Antes de pulsar Enviar (II): elige un Asunto corto pero que dé información sobre lo que quieres resolver (por ejemplo, si recibo un correo con Asunto: duda no me sirve de mucho, la verdad).
  • Antes de pulsar Enviar (III): comprueba que has añadido los adjuntos . Yo en esto soy una campeona: si me hubieran dado un euro por cada correo sin adjunto que he enviado, ahora sería millonaria. Y me da mucho coraje, porque pierdo el tiempo yo y se lo hago perder al destinatario; para corregirlo, intento añadir el adjunto justo cuando lo estoy mencionando en el correo, en vez de dejarlo para el final.
  • Nunca, nunca, NUNCA envíes un correo cuando estés enfadado, por mucha razón que creas que tienes: si en la efervescencia del momento te pasas tres pueblos y te arrepientes después, eso tiene mal arreglo porque lo has dejado por escrito. Esto mismo sirve si vas a hacer una gracieta o maldad… mi consejo es que no lo hagas en un correo, pero si aún así lo vas a hacer, comprueba varias veces y muy cuidadosamente la lista de destinatarios.
  • Por último, si tu cuenta sigue siendo la que te hiciste con 14 años (tipo LoRdOfKaoSSS@loquesea.com), es un buen momento para dejar de usarla (o destinarla solo a cuestiones personales) y crearte una cuenta presentable.

[En español]

Writing an email does not seem a very complicated task. However, every year I receive e-mails from students that, to put it mildly, have a lot of room for improvement. I find this striking, since they are supposed to be digital natives, and therefore they should handle this issues properly. But I am afraid that they know the tool (e-mail) but not how to use it properly (i.e., how to correctly write an e-mail). I have also noticed this issue in the mobility students that come to our university, so it seems we have an international problem (I know, I know, it’s a fool consolation…)

So here you have are some tips for students that have to write a formal e-mail, for example, to a teacher, though they could be also helpful in other situations, like contacting a company in order to apply for a position, etc. I do not care if you are writing on your mobile phone or you are in a hurry (excuse me, but neither you nor me are so important 🙂 ): you must be polite in every situation and, besides, a bad first impression is not easy to forget.

  • Always use a proper heading in your e-mails. Depending on how much you know the receiver (for example, if it is the first time you address to that person), it can be more or less formal: “Hello”, “Dear Sirs”…
  • Then, you should identify yourself. Aside it is the correct thing to do, keep in mind that we teachers usually handle several courses, and in each course, we have a few (or many fews) students. Just write your name and the course you are enrolled into, unless you have been explicitly requested more information.
  • Do your best to write a clear and concise text. Opening an e-mail and finding an epistle demoralizes anyone. Try to explain what you want/need in the most resumed way you can. You know, short and sweet.
  • Do not write like you speak. It is not the same, and texts written in that way look very poor. You should also be careful with you writing tone, take into account that the teacher cannot perceive your intonation nor your body language, and things you write in a easy mood sound awful when the teacher reads them without seeing your face.
  • If you are asking for some paperwork or info (like getting a signature on a document, or which are the office hours -though you should check if you can find that information elsewhere by your own means), say thank you. Being nice is cheap, and I can guarantee you that is really appreciated.
  • Finish your e-mail with a polite closing. A simple Kind regards is enough.
  • Before clicking on Send (I): go over the text again and correct all the spelling errors, typos, and the like (there will be quite a few, trust me 🙂 )
  • Before clicking on Send (II): choose a short and informative Subject that gives a hint of what you expect from your mail (for example, receiving an e-mail with Subject: doubt does not help a lot, to be honest).
  • Before clicking on Send (III): check that you really attached all the files you have to sent. I am the world champion of forgotten attachments: if I had been given a euro for each mail I have sent without the attachments, now I would be a millionaire. And it really annoys me, because it is a waste of time for me and for the receiver; to solve this, I try to attach the document just when I write about it in the mail, instead of attaching the documents as the final step.
  • Never, never, EVER send a mail when you are angry, despite how right you think you are: if in the effervescence of the moment you clearly cross the line and then you regret it, it is difficult to solve because your words were written. The same applies if you are going to send a (more or less) evil joke… my advise is not to do it, but if still you are going to send it, check thoroughly and several times the list of receivers.
  • Finally, it you still use that e-mail account you created when you were 14 (something like LoRdOfKaoSSS@whatever.com), it is the perfect moment to stop using it (or just leave it for strictly personal aspects) and create a new acceptable e-mail account.

Elizabeth, Anne, Margaret: every rose has its thorn

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[In English]

La culpa de que sea una friki de La Guerra de las Rosas es de tres elementos inconexos que en 2013 crearon  la tormenta lancastrianoyorkista perfecta: una estancia de investigación en Plymouth, la serie La Reina Blanca (The White Queen), y que  ese verano estaba preparando para septiembre las asignaturas de Historia Medieval de 1º del Grado de Historia en la UNED (algún día lo retomaré, lo juro). La Reina Blanca se estrenó al poco de llegar a RU, y como intentaba ver la tele para perfeccionar el oído y me venía bien para repasar las asignaturas, me enganché a ella. Además, en mi opinión, RU es el paraíso de los historiadores (o los proyectos de historiadora, como servidora), y me resultó muy fácil encontrar libros, museos, y visitas que me ayudaron a aprender más sobre el tema.

La Guerra de las Rosas es un culebrón lleno de Enriques y Eduardos que eran parientes porque pertenecían a  la casa de Lancaster (la rosa roja) o la de York (la rosa blanca), ambas pertenecientes a la casa Plantagenet.  Para contextualizar la historia mejor (y disfrutar mucho) es muy interesante verse la serie de la BBC The Hollow Crown, basada en las obras de teatro “históricas” de Shakespeare que cubren los antecedentes de la Guerra de las Rosas y el conflicto en sí: Ricardo II (Ben Whishaw), Enrique IV (Jeremy Irons), Enrique V (Tom Hiddleston), Enrique VI (Tom Sturridge) y Ricardo III (Benedict Cumberbatch). Sí, yo también he suspirado varias veces 🙂 Si lo que queréis es daros un repaso entero de la historia de RU a través de pelis y series, aquí tenéis una serie de posts geniales del blog de Cristina Urdiales.

Antes de entrar en faena, aviso:  aunque son hechos históricos, si alguien no sabe nada del tema y es hipersensible con los destripes, que no siga leyendo 🙂  ; en todo caso, puede irse al final de la entrada donde comento un par de spin-offs y la bibliografía. Todas las fotos están tomadas de la galería de la serie en IMDB o son mías. Y ahora vamos al lío.

Los personajes masculinos más importantes de La Reina Blanca son los que veis en la foto, los tres hermanos York: Eduardo IV (Max Irons, en el centro), Jorge Duque de Clarence (David Oakes, a la izda), y Ricardo Duque de Gloucester y futuro Ricardo III (Aneurin Barnard, a la derecha). Me encanta la foto, y son las caras con las que me represento mentalmente a los tres.

The White Queen (2013)

Y ahora vamos a la chicha de esta entrada, los tres personajes femeninos principales: Isabel Woodville (Rebecca Ferguson), Ana Neville (Faye Marsay) y Margarita Beaufort (Amanda Hale). Cada una de ellas por separado tiene una vida apasionante, pero la interacción entre las tres y cómo los acontecimientos las van llevando desde lo más alto a lo más bajo me parecen fascinantes. En España también tenemos ejemplos de mujeres fuertes y poderosas (Isabel la Católica, Urraca de León, Catalina de Lancaster, Catalina de Aragón…), pero cada una jugó un papel más aislado e independiente.

Empezamos por Isabel Woodville. Isabel nació alrededor de 1437, y era la primogénita de Ricardo Woodville y Jacquetta de Luxemburgo.

Rebecca Ferguson in The White Queen (2013)

Ricardo pertenecía a una familia adinerada pero no noble,  y había estado al servicio del Duque de Bedford,  tío de Enrique VI, que era el rey en ese momento, mientras que Jacquetta de Luxemburgo era la joven viuda del Duque de Bedford. Isabel Woodville se casó con un caballero partidario de los Lancaster, Juan Grey, del que enviudó en la segunda batalla de Saint Albans quedándose con dos hijos (Tomás y Ricardo Grey) a su cargo. Isabel conoció al rey Eduardo IV de una forma bastante peliculera, y finalmente se casaron en secreto. Isabel por tanto se convirtió en reina consorte de Inglaterra, provocando un rebote considerable en Ricardo Neville, conde de Warwick y conocido como el Kingmaker, que ya tenía apalabrado el matrimonio de Eduardo con una heredera extranjera, lo más apropiado para cualquier rey de la época.

Isabel y Eduardo tuvieron una larga descendencia (aquí tenéis un timeline con los nacimientos de cada uno gracias al fantástico servicio de consultas SPARQL de Wikidata). Además, la reina consorte fue casando a sus hermanas y hermanos con nobles, generando también bastantes roces en la corte, ya que se veía a la familia Woodville como unos advenedizos. Isabel sufrió los vaivenes del reinado de Eduardo, incluyendo la etapa en la que Enrique VI volvió al trono y que supuso que ella tuviera que acogerse a sagrado en la Abadía de Westminster.

El 9 de abril de 1483 la vida de Isabel cambia por completo: Eduardo IV muere de forma bastante repentina y ella pasa a ser la reina viuda y madre del futuro rey, su hijo Eduardo V, que en ese momento se encontraba en el castillo de Ludlow (Gales) bajo la tutela de su hermano Antonio Woodville. A partir de este momento los acontecimientos se precipitan –aquí puede consultarse una cronología que preparé sobre el tema- pero, en resumen, para finales de verano de ese mismo año Isabel ya no es reina puesto que Ricardo III y Ana Neville han subido al trono; su marido, su hermano y uno de sus hijos mayores han muerto; toda su descendencia con Eduardo IV ha sido declarada ilegítima, sus hijos Eduardo y Ricardo están en paradero desconocido, y ella está de nuevo refugiada en Westminster con el resto de sus hijas.  Isabel volvería a la corte de Ricardo III, aunque mientras tanto conspiraba (con Margarita Beaufort, entre otros) para revertir la situación. Finalmente, lograría ver a su hija mayor Isabel de York convertida en reina al casarse precisamente el hijo de Margarita, Enrique Tudor, que reinaría como Enrique VII tras derrotar a Ricardo III en la batalla de Bosworth. Isabel moriría retirada en la abadía de Bermondsey en 1492.

Entre las reinas consortes Isabel Woodville y su hija Isabel de York hubo otra consorte: Ana Neville (1456-1485), hija del Kingmaker y esposa de Ricardo III. Quizás sea el personaje que más ternura me inspira por lo trágico de su vida, que comenté hace unos años en esta entrada.

The White Queen (2013)

Resumiendo, en 1471, a los 15 años, con su padre muerto y su madre enclaustrada en un convento, era Princesa Viuda de Gales al morir en la batalla de Tewkesbury su marido, Eduardo de Westminster, el hijo de Enrique VI y Margarita de Anjou. En 1472 se casó con Ricardo Duque de Gloucester, al que conocía desde niña, y que paradójicamente pertenecía a la familia que había llevado a la suya a la ruina. Cuando Ricardo logró el trono en 1483 ella pasó a ser reina consorte, aunque no llegó a sobrevivir a Ricardo en su corto reinado: su único hijo Eduardo de Middleham moriría con nueve años en 1484, y ella lo siguió en poco menos de un año.

Finalmente, Margarita Beaufort, la tapada que al final logra el éxito. En la serie aparece como una madre obsesionada por colocar a su hijo en el trono fuera como fuera, y por eso quizás es con la que menos empatizo, pero también es verdad que su vida tampoco fue fácil, y que me falta mucho por leer sobre ella.

Amanda Hale in The White Queen (2013)

Margaret nació, seguramente, en 1443, hija de John Beaufort Duque de Somerset (los Beaufort eran una rama bastarda descendiente de Juan de Gante, el patriarca de los Lancaster; Enrique IV la reconocería legalmente pero con la prohibición expresa de acceder al trono). Margarita se casó con Edmundo Tudor,  hermanastro de Enrique VI al ser hijo de la ex-reina Catalina de Valois, que tras enviudar de Enrique V se casó con Owen Tudor, un militar galés… os dije que esto era un culebrón 🙂 ). Cuando se casaron, Margarita tenía 12 años y Edmundo tenía 24. El resultado de esta unión es que con trece años, Margarita era una viuda embarazada de su primer hijo, que a la postre sería el primer rey Tudor, Enrique VII.

Margarita se casaría posteriormente con Henry Stafford, del que enviudaría tras la batalla de Barnet (1471) en la que  Henry luchó a favor de los York. Volvió a contraer matrimonio en 1472 con Thomas Lord Stanley. Margarita tuvo su lugar en la corte de Isabel Woodville, y también en la de Ana Neville mientras que conspiraba con Isabel para derrocar a Ricardo III.  En la batalla de Bosworth en 1485 Lord Stanley dejaría tirado a Ricardo III y facilitaría la victoria de Enrique Tudor, el hijo de Margarita, que accedería así al trono. Aunque nunca fue reina, Margarita recibió el tratamiento de madre del rey, y cuando Enrique VII se casó con Isabel de York, Margarita se convirtió en consuegra de Isabel Woodville. Margarita murió en 1509 y está enterrada en la Abadía de Westminster.

Aparte de estos tres personajes femeninos principales, hay otras mujeres relacionadas con La Guerra de las Rosas que también me interesan mucho y a las que aún no he tenido tiempo de estudiar con detalle:

  • Margarita de Anjou, reina consorte de Enrique VI. Margarita tuvo que lidiar con la incapacidad -tanto de carácter como física- de su marido, incapaz de reinar de manera efectiva, a las que se añadía su falta de popularidad por ser francesa. Tradicionalmente se la ha presentado como una mujer intrigante y despiadada; en cualquier caso, Margarita al fin y al cabo estaba intentando mantener su posición como reina, la de su marido el rey, y sobre todo, la de su hijo y heredero al trono Eduardo de Westminster.
  • Jaquetta de Luxemburgo, madre de Isabel Woodville. Como comenté previamente, antes de casarse con el padre de Isabel, Jacquetta fue la segunda esposa de Juan Duque de Bedford, hermano de Enrique V y que se quedó a cargo de Francia durante la minoría de edad de Enrique VI tras el fallecimiento de Enrique V. El Duque de Bedford murió en Ruán y fue enterrado en la catedral de dicha ciudad, y aunque su tumba fue destruida por los calvinistas en el siglo XVI, el emplazamiento previo de la misma está marcado con una placa en la actualidad.

  • Cecilia Neville, madre de Eduardo IV y Ricardo III, y suegra por tanto de Isabel Woodville y Ana Neville. Su marido, Ricardo de York, no llegó a reinar nunca, pero a pesar de ello Cecilia firmaba como “reina por derecho propio”. Sólamente por eso me da la sensación que debía ser una mujer de carácter y me dan ganas de conocerla mejor 😉


Y, de regalo, toda esta historia tiene un par de aspectos que también son interesantísimos:

  • El hallazgo del cuerpo de Ricardo III en un aparcamiento de Leicester. Ricardo murió en la batalla de Bosworth, y con él acabó la dinastía Plantagenet.  A lo largo de los años se fue perdiendo la pista de dónde había sido enterrado exactamente. Finalmente, en 2012, la Sociedad Ricardo III en colaboración con la Universidad de Leicester y el Ayuntamiento de la ciudad localizaron el esqueleto de Ricardo III en un aparcamiento construido sobre la antigua iglesia de los franciscanos (en la bibliografía incluyo un libro sobre el tema que me encantó, y en este enlace la historiadora Jo Wilkinson habla sobre el lugar de enterramiento de Ricardo).  Ricardo III fue enterrado en 2015 en la Catedral de Leicester.
  • Un spin off que además es un misterio no resuelto: la historia de los Príncipes en la Torre, o cómo Eduardo V y su hermano Ricardo de Shrewsbury, los hijos de 12 y 10 años de Eduardo IV e Isabel Woodville, desaparecieron de la Torre de Londres sin dejar rastro en el verano de 1483. Tradicionalmente se ha supuesto que ambos fueron asesinados, y que el responsable fue su tío Ricardo III, el gran beneficiado de su desaparición, pero no hay evidencias que confirmen ese asesinato más allá de cualquier duda razonable (si no, no sería un misterio 😉 ). Aún hoy sigue siendo un tema de interés que han abordado diferentes autores. Mi opinión como aficionada es que si Ricardo III fue el responsable me extraña mucho que no buscara una cabeza de turco a la que cargarle el marrón; su actitud de “¿Príncipes? ¿Qué príncipes?” no parece la más lógica para un asesino que tenía todos los medios para cubrirse las espaldas.

Ea, pues esto es todo. Si alguien está interesado, este curso on line de Oxford sobre la Guerra de las Rosas es un auténtico gustazo. Yo qué queréis que os diga, a mí me todo esto me parece muuuuucho más molón que cualquier saga de ficción (salvo por los dragones, eso lo admito 😉 ). Esta historia es real (nunca mejor dicho), esta gente vivió y sufrió, y las consecuencias de sus actos se reflejan sobre nosotros unos cuantos siglos después. Para que luego digan que la Historia no es bonita 🙂

[En español]

I am a Wars of the Roses nerd because of three completely unconnected events that in 2013 created a perfect lancastrianyorkist storm: a research stay in Plymouth, The White Queen TV series, and that I was preparing the exams of the Medieval History of the first year of the Bachelor Degree on History (I’ll take it up again someday, I swear). The White Queen was broadcasted shortly after we arrived in UK, and since I tried to watch TV to improve my listening and the series was useful to remind me the courses I was preparing, I binged into it. Furthermore, I believe that UK is the historians’ paradise (or, in my case, wannabe historian), and it was very easy to find books, museums, and places that helped me to learn more about the subject.

The Wars of the Roses is a legit soap opera full of Henrys and Edwards linked by family ties, since they belonged to the House of Lancaster (the red rose) or the House of York (the white rose), both descendants from the House of Plantagenet. In order to put the plot in context (and have a great time), it is very interesting to watch the BBC TV series The Hollow Crown, based on the “historic” Shakespeare’s plays that cover the background of the Wars of the Roses and the conflict itself: Richard II (Ben Whishaw), Henry IV (Jeremy Irons), Henry V (Tom Hiddleston), Henry VI (Tom Sturridge) and Richard III (Benedict Cumberbatch). Yes, I have sighed several times too 🙂 If you’d like to take a close look of the history of UK via films and series, here you have a set of great posts from Cristina Urdiales’s blog (in Spanish).

A warning before we move on: though all these are well known historical facts, if you reader don’t t know anything about them and you are hypersensitive about spoilers, just stop reading 🙂 ; maybe you’d like to check the end of this post, where I comment a couple of spin-offs and the references. The photos are taken from the gallery of the series at IMDB or are my own. And now let’s get to it.

The most important male characters in The White Queen are shown in the following photograph, the three York brothers: Edward IV (Max Irons, center), George Duke of Clarence (David Oakes, left) and Richard Duke of Gloucester and future Richard III (Aneurin Barnard, right). I love this picture, and these are the faces of my mental images of the real characters.

The White Queen (2013)

And now let’s go to the core of this post, the three main female characters: Elizabeth Woodville (Rebecca Ferguson), Anne Neville (Faye Marsay) and Margaret Beaufort (Amanda Hale). Each of them has a thrilling life, but I find the interaction among them and how events swing them from high to low fascinating. Here in Spain we have several strong and powerful women (Isabella I of Castile, Urraca of León, Catherine of Lancaster, Catherine of Aragón…), but they played more isolated and independent roles.

We begin with Elizabeth Woodville. Elizabeth was born around 1437, and she was the firstborn of Richard Woodville and Jaccquetta of Luxembourg.

Rebecca Ferguson in The White Queen (2013)

Richard belonged to a wealthy but not noble family, and he had been in the service of the Duke of Bedford, uncle of the king at that time Henry VI,  while Jacquetta of Luxembourg was the young widower of the Duke of Bedford. Elizabeth married John Grey, a knight supportive of the Lancastrian side, whom she widowed in the second battle of Saint Albans, keeping two children (Thomas and Richard Grey) in her charge. Elizabeth met king Edward IV in a rather hollywoodesque way, and they finally got married in secret. Therefore, Elizabeth became queen consort of England, so Richard Neville Earl of Warwick, aka the Kingmaker, was really pissed off, since had already agreed the marriage of Edward to a foreign heiress, which was the most appropriate thing to do for any king at those times.

Elizabeth and Edward had a long offspring (here you have a timeline with the dates of birth of each of them thanks to the awesome SPARQL query service of Wikidata). Besides, the queen consort also married her sisters and brothers to noble families, creating a lot of friction in the court, since the Woodvilles were seen as upstarts. Elizabeth suffered the upheavals of Edward’s governance, including the months when Henry VI seized control back and she had to seek sanctuary on Westminster Abbey.

On April 9th 1483 Elizabeth’s life turns upside down: Edward IV dies quite unexpectedly and she becames dowager queen and mother of the next king, her son Edward V, that at that moment was at Ludlow Castle (Wales) under the tutelage of her brother Anthony Woodville. From that moment on things change hastily –here you have a chronology I created about this issue- but, to cut a long story short, by the end of that summer Elizabeth is no longer the queen since Richard III and Anne Neville are now the rulers; her husband, brother and second boy are dead; all her offspring with Edward IV has been declared illegitimate, her younger kids Edward and Richard whereabouts is unknown, and she is sheltered  again in Westminster Abbey with the rest of her daughters. Elizabeth returned to Richard III’s court, though at the same time she was plotting (with Margaret Beaufort, among others) to revert the situation. In the end she saw her eldest daughter Elizabeth of York became queen when she married Margaret Beaufort’s son, Henry Tudor, who  reigned as Henry VII after defeating Richard III at the battle of Bosworth. Elizabeth would die in retirement at Bermondsey Abbey in 1492.

Between the consort queens Elizabeth Woodville and her daughter Elizabeth of York there was another consort: Anne Neville (1456-1485), daughter of the Kingmaker and wife of Richard III. I find her the most tender character due her tragic life, that I commented some years ago in this post.

The White Queen (2013)

To sum up, in 1471, at the age of fifteen, with her father dead and her mother confined in a nunnery, she became the dowager Princess of Wales when her husband, Edward of Westminster, the son of Henry VI and Margaret of Anjou, died at the battle of Tewkesbury. In 1472 she married Richard of Gloucester, whom she acquainted since she was a child, and whom paradoxically belonged to the family that had lead hers to disaster. When Richard seized the throne in 1483 she became queen consort, though she could not outlive Richard in his short reign: her only child Edward of Middleham died at 9 years old in 1484, and she followed him in less that a year.

Finally, Margaret Beaufort, the hidden figure that finally succeeds. She is shown in the series as an obssessive mother that only wants to put his boy in the throne not matter what, and maybe that is why I do not empathize a lot with her, but it is also true that her life was not easy at all, and that I must read a lot about her yet.

Amanda Hale in The White Queen (2013)

Margaret was probably born in 1443, the daughter of John Beaufort Duke of Somerset (the Beauforts were a branch descendant from John of Gaunt, the Lancastrian patriarch; initially bastards, Henry IV made the Beauforts legitimate but specifically banning them the access to the throne). Margaret married Edmund Tudor, half-brother of Henry VI since he was the son of the former queen Catherine of Valois, who after losing her husband Henry V then married to Owen Tudor, a Welsh soldier… I told you this was a soap opera 🙂 ). When they married, Margaret was 12 years old and Edmund was 24. The outcome of this marriage was that, at the age of 13, Margaret was a widower expecting her first child, who would become the first Tudor king, Henry VII.

Later on, Margaret married Henry Stafford, who died in the battle of Barnet (1471) fighting for the Yorkists. She married Thomas Lord Stanley in 1472. Margaret had her place in the court of Elizabeth Woodville, and then in the court of Anne Neville while she plotted with Elizabeth to overthrow Richard III. At the battle of Bosworth (1485) Lord Stanley abandoned Richard III, facilitating the victory to the son of Margaret, Henry, who became king Henry VII. Though she never was queen, Margaret was treated at the king’s mother, and when Henry VII married Elizabeth of York, Margaret, the Lancastrian winner, became family to Elizabeth Woodville. Margaret died in 1509, and she is buried in Westminster Abbey.

Besides these main female characters, there are other women related to the Wars of the Rose who I would like to study more thoroughly:

  • Margaret of Anjou, queen consort of Henry VI. Margaret had to manage her husband’s physical and mental incapacity and who was unable to rule in an effective way, as well as her lack of popularity due to the fact that she was French. Traditionally she has been portrayed as an intriguing and ruthless woman; anyway, Margaret was just trying to maintain her position as a queen, that of her husband the king and, above all, that of her son and heir to the throne Edward of Westminster.
  • Jaquetta of Luxembourg, mother of Elizabeth Woodville.  As it was aforementioned, before marrying the father of Elizabeth, she was the second wife to John Duke of Bedford, the brother of Henry V in charge of France during Henry VI’s minority after Henry V died. The Duke of Bedford died in Rouen and was buried in the cathedral of that city; though his tomb was destroyed by calvinists in the XVI century, nowadays there is a commemorative  plaque on the cathedral upon the place of his previous burial.

  • Cecily Neville, mother of Edward IV and Richard III, and therefore mother-in-law of Elizabeth Woodville and Anne Neville. Her husband, Richard of York, never was king, but yet she signed as “queen by right”. Only for that I feel that she had to be a hell of a woman and I am willing to know more about her  😉


Apart from this main branch, the Wars of the Roses have a couple of collateral aspects that are awesome too:

  • The discovery of Richard III’s body in a parking lot in Leicester. Richard died in the battle of Bosworth, and with him also died the House of Plantagenet. Over the years the trace of the exact location of his burial was lost. Finally, in 2012, the Richard III Society working with the University of Leicester and the City Council found Richard’s skeleton in a car park built upon the ancient greyfriars church (in the references I have included a book about this question that I enjoyed a lot, and in this link historian Jo Wilkinson explains some aspects about the burial place of Richard). Richard III was buried in 2015 in Leicester Cathedral.
  • A spin off that is also a unsolved mystery: the story of the Princes in the Tower, or how Edward V and his brother Richard of Shrewsbury, the 12 and 10 years old sons of Edward IV and Elizabeth Woodville, disappeared without a trace from the Tower of London in the summer of 1483. Legend has it that both were killed by their uncle Richard III, the main beneficiary of their disappearance, but there is no evidence that confirms this murder beyond any reasonable doubt (otherwise, it would not be a mystery 😉 ). This conundrum still remains an open hot question that has been addressed by different authors. My aficionada opinion is that, if Richard really was the hand behind those killings, he would have created a scapegoat to take the blame; his “Princes? What princes?” attitude does not seem the better choice for a murder that had all means to cover his back.

That’s all, folks. For the interested reader, this Oxford on line course about the Wars of the Roses is a real treat. I know I am a nerd, but I find all this stuff much cooler than any fictional saga (except for the dragons, I admit that 😉 ). This is a real story, these people lived and suffered, and the consequences of their deeds are reflected upon us a few centuries later. So you daren’t tell me that History is not fascinating 🙂


Bibliografía / References (*=leído/finished, ^=leyendo/reading, #=por leer/to read)

  • Ashdown-Hill J. (2015) The Dublin King: The True Story of Edward Earl of Warwick, Lambert Simnel and the ‘Princes in the Tower’. The History Press^
  • Ashdown-Hill J. (2015) The Mythology of Richard III. Amberley Press*
  • Ashdown-Hill J.(2017) The Wars of the Roses. Amberley Publishing^
  • Ashdown-Hill J. (2018) The Mythology of ‘The Princes in the Tower’. Amberley Publishing*^
  • Carpenter C. (1997) The Wars of the Roses: Politics and the Constitution in England, c. 1437-1509. Cambridge University Press*
  • Carson A. (2013) Richard III. The maligned king. The History Press#
  • Castor H. (2011) She-Wolves: The Women Who Ruled England Before Elizabeth. Faber & Faber*
  • Gregory P., Baldwin D., Jones M. (2011) The Women of the Cousins’ Wars. The Duchess, the Queen and the King’s Mother. Simon and Schuster*
  • Gristwood S. (2014) Blood Sisters. The women behind the wars of the roses. Basic Books^
  • Hancock P. A. (2013) Richard III and the murder in The Tower. The History Press#
  • Hicks M. (2007) Anne Neville: Queen to Richard III. The History Press*
  • Lewis M. (2017) The Survival of the Princes in the Tower: Murder, Mystery and Myth. The History Press^
  • Lewis M. (2017) The Wars of the Roses in 100 Facts. Amberley Press^
  • Licence A. (2016) Red Roses. Blanche of Gaunt to Margaret Beaufort. The History Press#
  • Norwich J. J. (2018) Shakespeare King’s. Faber and Faber#
  • Pitt M. (2015) Digging for Richard III. How Archaeology found the king. Thames and Hudson*
  • Tey J. (1951) The Daughter of Time. This is a crime novel that tries to solve the Princes of the Tower mystery. [En castellano se ha traducido como La hija del tiempo, y la editó en 2012 RBA)*
  • Weir A. (2014) Richard III & the Princes in the Tower. Vintage Books#
  • Weightman C. (2012) Margaret of York. Diabolical Duchess. Amberley Publishing#
  • Wilkinson J. (2014) The Princes in the Tower: Did Richard III Murder His Nephews, Edward V y Richard of York? Amberley Publishing*

 

Bury my lovely

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[In English]

Aprovecho el título de esta preciosa canción de October Project para hablar sobre el turismo de cementerios (no sé qué suena peor, si eso o necroturismo 😉 ). En España, o al menos en la zona donde yo me crié, visitar un cementerio no era algo muy popular: se iba por obligación acompañando a familiares o a amigos que nos dejaban, o en Todos los Santos. Como las circunstancias no eran muy agradables, y tampoco es que fueran sitios muy bonitos, cuanto menos tiempo estuvieras allí, mejor. Por eso me llamaba tanto la atención el Cementerio de Trafalgar en Gibraltar: fue el primer cementerio que vi que se parecía a un jardín muy cuidado, con plantas y árboles frondosos que hacían que te apeteciera visitarlo.

Ya de mayor, leyendo y viajando, descubrí cementerios que vale la pena visitar no sólo por lo bonitos, sino porque en ellos se puede aprender un montón de historia, arte (la simbología funeraria es muy interesante), arquitectura e incluso sociología.

En Málaga tenemos dos cementerios que creo que merecen una visita. Ambos pueden visitarse libremente, o bien a través de visitas guiadas (consultar las webs comentadas, así como la web de Cultopia, una empresa dedicada a la organización de rutas culturales que funciona muy bien):

  • El Cementerio Histórico de San Miguel, un cementerio extramuros creado en el siglo XIX para adecuarse a las nuevas normas relativas a los lugares de enterramiento establecidas a finales del siglo XVIII. En él se encuentran enterradas algunas de las familias más relevantes de la ciudad durante el siglo XIX (Larios, Heredia), cuando Málaga era una de las principales potencias industriales de España. Es un cementerio más organizado y menos “salvaje” que el Cementerio Inglés que comento a continuación, pero es muy elegante y los panteones de algunas familias son impactantes. Para ampliar información, consultar también la web de la Asociación de Amigos del Cementerio de San Miguel de Málaga.

  • El Cementerio Inglés, un cementerio protestante creado en 1831 por el cónsul inglés William Mark, ya que hasta ese momento la población protestante no podía ser enterrada en los cementerios católicos. Es un cementerio muy bonito por su situación en una colina (para llegar a algunas zonas hay que triscar un poquitín, cuidado con el calzado que se lleva), por la decoración tan elaborada de algunas de las tumbas, y por las plantas (la buganvilla del muro exterior es una preciosidad), por lo que es recomendable visitarlo en primavera. Además de extranjeros anónimos (sobre todo británicos), allí están enterrados Gerald Brenan, Gamel Woolsey, Marjorie Grice-Hutchinson, Jorge Guillén, cuatro pilotos de la RAF cuyos aviones fueron derribados durante la Segunda Guerra Mundial cerca de Marbella, o las víctimas del naufragio de la Gneisenau. Y además allí está la que para mí es la tumba más conmovedora que he visto y que creo que veré: la de Violette, que vivió un mes, como las violetas.

Para el lector interesado dejo aquí un par de libros sobre este camposanto:

– Marchant Rivera A. (2005) El cementerio Inglés de Málaga: tumbas y epitafios. Universidad de Málaga.

– Torres R. (2015) El cementerio de los ingleses. Ediciones Xorki.

Ambos cementarios están relacionados con un mismo hecho: el pronunciamiento de Torrijos en 1868 contra el gobierno absolutista de Fernando VII. El General Torrijos fue fusilado junto a sus 48 compañeros, y fue enterrado inicialmente en el Cementerio de San Miguel, aunque posteriormente los cuerpos fueron trasladados a la cripta bajo el monumento en su memoria en la Plaza de la Merced. Robert Boyd, el irlandés que acompañó a Torrijos (el joven pelirrojo en este cuadro de Gisbert), está enterrado -aunque no se sabe exactamente dónde- en el Cementerio Inglés.

Fusilamiento de Torrijos (Gisbert).jpg

(Antonio Gisbert, “El fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga”, Dominio público, via Wikimedia Commoms)

Y ya fuera de Málaga, si visitáis Glasgow no dejéis de pasaros por la Necrópolis (más información en la wikipedia en inglés, y en la web de The Friends of the Glasgow Necropolis). Es un cementerio victoriano bastante extenso, así que te puedes dar un buen paseíto, los caminos están bien cuidados, hay mucho césped, y tiene unas vistas estupendas sobre la Catedral de San Mungo y parte de la ciudad. Espero que tengáis la suerte que tuve yo de pillar un día de invierno con un solecito precioso 🙂


[En español]

This beautiful song by October Project is my excuse to talk about tourism of cemeteries (I do not know what sounds worse, if that or necroturism 😉 ). In Spain, or at least in the region where I grew up, visiting a cemetery was not the most popular thing to do: you went there because you had to go with relatives or friends that had passed away, or in All Saints’ Day. Since the circumstances were not very pleasant, and they were not very nice places anyway, the less time you were there the better. This is why the Trafalgar Cemetery in Gibraltar was so appealing to me: it was the first cemetery I saw that looked like a garden, with leafy trees and plants.

When I grew old and read and traveled, I found out that some cemeteries are worth a visit, not only because they are beautiful places, but because they are living lessons (nice joke here) of history, art (funerary simbology is very interesting), architecture and even sociology.

Here in Málaga there are two cemeteries that I think are worth a visit. Both can be visited freely, or through guided tours (check the web pages I link in the following, as well as the Cultopia web page, a company dedicated to the organization of cultural tours that works really well):

  • The Cementerio Histórico de San Miguel (St. Michael’s Historic Cemetery), a cemetery created in the XIX century outside the walls of the city in order to fit the new laws passed in the last part of XVIII century to regulate burial sites. Some of the most relevant families of the city during XIX century, when Málaga became one of the main industry powers of Spain, are buried there (Larios or Heredia families, for example). It is more organized and not so “wild” as the Cementerio Inglés that I comment in the following, but it is very elegant and some of the family pantheons are really impressive. More info in this web: web de la Asociación de Amigos del Cementerio de San Miguel de Málaga (The Friends of the St. Michael’s Cemetery).

  • The Cementerio Inglés (English Cemetery), a protestant cemetery built in 1831 by the English consul William Mark, since until that moment, the protestant population of the city could not be buried in catholic cemeteries. It is a beautiful place on the top of a hill (the terrain is quite uneven in some areas, so you’d better wear good shoes), with some nicely ornated tombs, and with a lot of trees and plants (the bouganvillea that covers the wall at the main gate is a real beauty), so perhaps Spring is the best time of the year for a visit. Besides common foreign people (mainly British), you will find there some famous names, like Gerald Brenan, Gamel Woolsey, Marjorie Grice-Hutchinson, Jorge Guillén, four RAF pilots whose planes were shot down in WWII near Marbella, or the Gneisenau shipwreck casualties. And in this cemetery it is the most moving grave I have seen (and probably I will see): the grave of Violette, who lived for one month, as violets live.

The interested reader could check these two references (in Spanish):

– Marchant Rivera A. (2005) El cementerio Inglés de Málaga: tumbas y epitafios. Universidad de Málaga.

– Torres R. (2015) El cementerio de los ingleses. Ediciones Xorki.

Both cemeteries are linked to the same fact: the Torrijos uprising in 1868 against the absolutist goverment of king Fernando VII. General Torrijos (and his 48 companions) was shot and then buried in the Cementerio de San Miguel, although the bodies were later transferred to the crypt under the monument in his memory in the Plaza de la Merced. Robert Boyd, the Irishman that joined Torrijos’s fight (the young red haired man in this paint by Gisbert) is buried in the Cementerio Inglés, though the exact location is unknown.

Fusilamiento de Torrijos (Gisbert).jpg

(Antonio Gisbert, “El fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga”, Public domain, via Wikimedia Commoms)

And apart from Málaga, if you go to Glasgow, do not miss the Necropolis (more information in the English wikipedia, and  in The Friends of the Glasgow Necropolis website). It is a wide victorian cemetery, so you can take a nice walk, the paths are well kept, there is plenty of grass, and it has great views over St. Mungo’s Cathedral and part of the city. I hope you be as lucky as me and enjoy a lovely sunny winter day 🙂

 

LEGO EV3 + Matlab/Simulink + WiFi : the Windows 10 experience

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[In English]

Bueno, pues después de pegarme con el Lego, Matlab/Simulink y la conexión wifi en Ubuntu, he probado con la opción Windows montando yo la red con un router wifi, en este caso. Estos son los pasos a seguir:

  1. El router que he usado es un Linksys Compact Wireless-G. Como el PC que he utilizado está detrás de un proxy, en las opciones de configuración de red de Windows 10 ha sido necesario especificar que el proxy no se use para la URL del administrador web del router.
  2. El firmware del LEGO EV3 para poder trabajar con wifi en Simulink/Matlab 2016b es el 1.08. Ni el firmware 1.09 ni el 1.03 funcionan.
  3. Para conectar el EV3 usando los dongles Edimax o NetGear que explicaba en la entrada que enlazo al principio del post, he añadido la red del router con la opción Add Hidden Network, indicando el SSID que aparece en el administrador web del router. La seguridad es None.
  4. El funcionamiento correcto de la conexión se puede comprobar haciendo un ping desde el Command Prompt de Windows.
  5. Antes de trabajar en Simulink, es recomendable comprobar que el robot está accesible desde la ventana de comandos de Matlab.
  6. Finalmente, lanzar Simulink, seleccionar la opción WiFi como Host to Target Connection en los parámetros de configuración del hardware del modelo, especificando la IP y el Device ID del robot (esa información está disponible en la pestaña Settings , opción Brick Info del EV3).

Con este procedimiento he conseguido descargar un programa en el EV3. También es cierto que a partir de ahí el robot se ha colgado. Pero, al menos, la conexión se ha hecho…


[En español]

Well, after fighting the Lego, Matlab/Simulink and WiFi connection under Ubuntu, I have tried the Windows option, but in this case I also set up a network with a WiFi router. These are the steps to follow:

  1. I have used a Linksys Compact Wireless-G router. Since the PC I have worked with is behind a proxy, I had to add the router web admin URL to the no-proxy exceptions in the network configuration of Windows 10.
  2. The LEGO EV3 firmware that works with WiFi in Simulink/Matlab 2016b is version 1.08. Neither version 1.09 nor 1.03 works.
  3. In order to connect the EV3 with the Edimax or NetGear dongles that I explained in the link at the beginning of this post, I have added the WiFi network of the router with the option Add Hidden Network, using the SSID shown in the router web admin page. I have chosen None security option.
  4. You can check that the robot has connected to the router with a simple ping from the Windows Command Prompt.
  5. Before launching Simulink, it is a good idea to check that  the robot is accessible from the Matlab commands window.
  6. Finally, you should launch Simulink, choose the WiFi option on the Target Hardware Resources of your model, incluing the IP and Device ID values of the robot (you can get those values in the Settings label of the EV3, option Brick Info).

Following these steps I have managed to download a program to the EV3. It is also true that from that moment the robot got frozen, but at least the connection was made…

Show me how to teach (and IV)

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[In English]

Tras las tres entradas anteriores (introducción, preparación de clases, y clases) acabo esta serie con unas cuantas ideas más variopintas:

  • En las tutorías creo que hay que ser amable y ayudarles a exponer sus dudas (muchas veces vienen nerviosos, acuérdate de cuando tú estabas en su situación). Eso no significa que las tutorías sean clases particulares donde tú les repites la clase que no han entendido (o a la que no han asistido): son ellos los que tienen que decirte qué concepto concreto no entienden y por qué, tienen que haber trabajado antes esas dudas.
  • Siempre es bueno tener realimentación de lo que opinan los alumnos de tus clases. Como normalmente no es posible charlar directamente con ellos (falta de tiempo, muchos alumnos, y sobre todo, que no se atreven), la forma más sencilla es mediante encuestas anónimas: o bien te basas en las que tu universidad o centro organiza para todos los alumnos (que a mí particularmente no me gustan, porque sólo te dan una medida numérica pero no sabes por qué, por no hablar de la pertinencia -o impertinencia 😉 )- de algunas de las preguntas), o las preparas tú a tu gusto para extraer la información que te interesa, incluyendo campos de texto para que puedan explicar las respuestas; el problema de pasarles tus propias encuestas es que muchas veces los alumnos (como nosotros) están saturados por la cantidad de encuestas que deben completar a lo largo del curso, y de las que muchas veces no entienden la utilidad porque no se les explica o no ven su utilidad.
  • Nunca, nunca, nunca te duermas en los laureles. Siempre hay algo que aprender para ser mejor profesor. Intenta mejorar tu docencia continuamente, leyendo sobre metodologías y/o herramientas nuevas. No creo que exista una única herramienta que sea válida para todos los casos: depende mucho de la titulación, la asignatura y la edad de los alumnos. Yo siempre prefiero la evolución a la revolución: los cambios, poco a poco y muy medidos, porque los perjudicados serían los alumnos. Analiza los resultados de los nuevos enfoques que uses, y siempre que puedas, aprovéchalos y publica: hay muchas revistas (algunas muy bien impactadas) y congresos como recoge esta wiki de David López. Valora también la posibilidad de dirigir o participar en Proyectos de Innovación Educativa, ya que, además de aplicar nuevas herramientas a la docencia, con ellos puedes conseguir financiación. Finalmente, Twitter también puede ser una estupenda fuente de información y también de desahogo: aquí hay un recopilatorio genial de cuentas de Twitter que pueden animar un mal día y hacerte ver que lo que te pasa a ti les pasa a muchos 🙂

Como resumen de estos cuatro posts, para mí lo fundamental es el respeto por el alumno: hay que  intentar llegar puntual a clase, cumplir tus fechas de entrega (revisiones, correcciones), responder a los correos de los estudiantes (avisando previamente de que no lo harás a horas intempestivas o en vacaciones)… vaya, tratarlos como queremos que ellos nos traten a nosotros. Y una vez dicho todo esto, asume que eres humano, que hay cosas que pifias, y que hay días que simplemente no son tu día y te sale una clase horrorosa. Pero al día siguiente hay que intentarlo otra vez, e intentarlo hacerlo mejor.

Y para terminar (ahora sí que sí), gracias a todos los profesores, compañeros y alumnos que me han enseñado -y me siguen enseñando- tanto durante estos años 🙂


[En español]

After the three previous entries (introduction, preparation of your classes, and classes) I end this series with a few more ideas:

  • In my office hours I try to be kind and help the students to explain their doubts (sometimes they are nervous, just remember how you felt when you had to ask something to the teacher). But that does not mean that office hours are private lessons where you repeat the class they have not understood (or attended): it is their responsability to ask you the especific concept they do not get and also explain why they do not get it, and that requires a previous work on their side.
  • It is always a good idea to get some feedback of what your students think about your teaching. Usually you cannot talk openly about it with them (lack of time, many students, but mainly they just do not dare to), so the easiest way is via anonymous surveys: maybe your university runs this kind of surveys (I am not a great fan of such surveys, since they are based on purely numeric measures without any further explanation, let alone the pertinence -or impertinence 😉 – of some of the questions), or instead you prepare your own surveys so you can get the information that suits you, including open text answers so the students can explain their opinions; if you are in charge of the surveys, the main problem is that the students are many times sick of answering umpteen surveys (we teachers are sick of that too) that sometimes are completely pointless for them.
  • Never, never, ever think that you got it made and therefore you can rest on your laurels. There is always something new to learn and become a better teacher. Try to continously improve your lessons reading about new teaching methodologies and/or tools. I do not think that a single technique fits every situation: it depends a lot on the bachelor program, the course and the students maturity. I always prefer evolution to revolution: change things slowly and smoothly, since your students will be the ones to suffer your mistakes. You should analyze the results of the new approaches you apply, and if you can, publish them: there are a lot of journals (some of them with great impact factors) and conferences devoted to education. Perhaps you could lead or take part in teaching innovation projects, so you could get the support (even funding!!) for applying new teaching methodologies to your classes. Finally, Twitter is also a great source of information and it also helps you to vent your sorrows: here you have a great compilation of Twitter that surely will cheer you up in a bad day. You will see that what you suffer is also suffered by others 🙂

To sum up this four posts, the most important thing for me is to respect your students:  you have to arrive at class on time, meet your deadlines (revisions, gradings), answer to students’ emails (giving prior notice that you won’t do it at untimely hours or on holidays)…well, just treat them the way we want them to treat us. All this said, assume that you are human, that you will make things wrong, and that some days are just not your day and you deliver a horrible lecture. But the next day you have to try again, and try to do better.

And finally (now I do), thanks to all the teachers, colleagues and students who have taught me -and they still do- so much over the years 🙂

Show me how to teach (III)

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[In English]

Tras las dos entradas anteriores (la introducción y la preparación de las clases), hoy me voy a centrar en la impartición de las clases en sí. Vamos al lío:

  • La logística de la asignatura tiene que estar lista y explicada el primer día de clase. Para el alumno que no asista, que esté disponible en el Campus Virtual (deben entender que no puedes repetir las clases). Por tanto, el primer día de clase los estudiantes deben saber cuáles son los plazos de las actividades que tengan que entregar para que puedan organizarse y responsabilizarse de su trabajo, una competencia imprescindible de cara a su inserción laboral.
  • Las clases me las planteo como si fuera una actriz (salvando las distancias con las actrices de verdad, of course): hay que mantener el interés, saber qué puntos son más complicados y enfatizar, saber qué puntos son más aburridos y complementarlos con otro tipo de material que avive el ritmo. Y actuar durante dos horas es cansado, por eso acabas molida, y por eso la voz se resiente bastante, especialmente los primeros días de clase del semestre. El primer semestre que di clase, los jueves tenía seis horas de clase, y aún hoy no se me ha olvidado el horario: de 8:00 a 10:00, de 10:30 a 12:30 y de 12:30 a 14:30. No sé cómo sobreviví ;). Si la clase es de laboratorio y tienes que ir de puesto en puesto resolviendo dudas, a todo lo anterior le añades los kilómetros que puedes llegar a recorrer (haz la prueba:  llévate un podómetro y ya verás qué sorpresa :))
  • Las primeras semanas de clase suelen ser más incómodas: ni tú conoces a los alumnos, ni ellos te conocen a ti ni saben de qué pie cojeas. Por si lo dudas, siempre vas a tener nervios los primeros días de clase, por muchos años que lleves como docente. En mi opinión creo que es una buena señal: significa que no le pierdes el respeto a esta profesión. Hablando de nervios: los docentes tenemos pesadillas profesionales recurrentes 🙂 Las mías son dos: que una clase se me desmadra completamente con los alumnos en plan gremlin malo :), y que tengo que llegar a un examen y por más que corro y corro por un pasillo nunca llego al aula. ¿Que estoy un poco pallá? No es descartable, pero lo he hablado con más gente del gremio y también les ocurre. ¿Casualidad :)?
  • Incluso en una misma asignatura, cada grupo de alumnos que recibes es diferente tanto en nivel como en actitud e incluso en dinámicas internas (grupos de amigos, mayor o menor número de repetidores…). Observa esas dinámicas, aprovéchate de las buenas (participación en clase, interés por la asignatura…), y ataja cuanto antes las malas, sobre todo sin afectan negativamente a todo el grupo (por ejemplo, mensajes incendiarios en el foro de tutorías).

La semana próxima -que será la última, lo prometo 🙂 – hablaré de algunas cuestiones finales.


[En español]

After the two previous entries (the introduction and  the preparation of lectures), today I will focus on the lecturing itself. Hey-ho, let’s go:

  • The logistics of the course should be ready and explained in the first day of class. For those students that cannot attend, it should be available in the web platform of the course (they must understand that you cannot repeat the class again). Therefore, in that first day of class your students should know the deadlines of the deliverables you ask, so they can organize their work and take full responsability of it, which is an essential skill in order to enroll the job market.
  • For me, teaching is like being an actress (well, sort of, being a real actress is a gift): you have to keep the interest of the class, know which are the most complicated points of the lecture and emphasize them, and which are the most boring parts and combine them with other type of materials that cheer up the pace of the lecture. And acting during two hours is exhausting, that’s why you finish the lecture overtired and your voice suffers a lot, especially in the first days of the semester. I had six lecture hours every Thursday in my first semester as a teacher, and still today I recall it: from 8:00 to 10:00, then from 10:30 to 12:00 and from 12:00 to 14:00. I do not understand now how I made it 😉 In lab sessions you have to move from computer to computer answering doubts, so to all the above you have to add the kilometers you may travel (just take a pedometer to the lab sessions and you will see :))
  • The first weeks of the semester are awkward: you still do not know your students, and they do not know you either (your teaching style, your sense of humor…). No matter how many years you have been teaching, you always will be nervous in the first days of each semester. In my opinion that is a good thing: it means that you do not lose respect for the teaching craft. Speaking of nerves: teachers usually have recurrent professional nightmares 🙂 I have two: the first one is that my class goes completely out of control and the students behave like the evil gremlins 🙂 , and the other one is that I have to attend an exam but I run and I run and never reach the exam room. Maybe I have gone completely bananas (we cannot discard that possibility), but I have discussed this with other colleagues and they also experience it. Just a coincidence 🙂 ?
  • Each group of students you teach is completely unique: they differ in their skills levels, attitude and even in their internal dynamics (groups of friends, more or less number of repeater students…). You should watch those dynamics, take advantage of the good ones (participation in the class, interest in the subject…) and cut from the very beginning the negative ones, especially if affect to the whole class (for example, flames in the class forum).

Next week -it will be the last in the series, I promise 🙂 – I will talk about some final considerations.

Show me how to teach (II)

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[In English]

La entrada anterior la dediqué a presentar esta serie de posts y a comentar un par de ideas sobre la cantidad de materiales que hay que tener preparados y el uso de transparencias. En esta entrada me voy a centrar en la preparación de las clases y la planificación de las mismas. Ahí voy:

  • Las clases hay que prepararlas siempre, aunque lleves años dando la asignatura. Algunas son particularmente complicadas y debes llevar claros los conceptos, o buscar mejores formas de explicarlos. Otras podrás prepararlas con un simple repasillo, pero también hay que hacerlo. Y esto incluye también a las prácticas. En resumen: never wing it (o, bueno, por lo menos a mí no me sale 🙂 ).
  • Tanto las prácticas como los exámenes yo los resuelvo previamente:
    • Improvisar las prácticas puede dar pie a que cuando llegues al laboratorio algo no funcione, y no siempre se puede resolver sobre la marcha (incluso preparándolas con calma, Murphy es un profesional y algo fallará con probabilidad próxima a 1). Si hay algún cambio de hardware o software entre cursos, es conveniente volver a repetir las prácticas por si ese cambio afectara a la solución que ya tenías (que le afectará 😉 ).
    • No resolver el examen (sea de problemas o tipo test) antes de ponérselo a los alumnos puede tener dos salidas chungas posibles: que haya un error que impida que los alumnos puedan resolver el examen, o que te haya quedado un examen más largo de la cuenta. Yo procuro, aparte de cronometrarme para ver cuánto me lleva resolver el examen, resolverlo y dejarlo reposar un par de días antes de volverlo a hacer, por si se me hubiera despistado algo.
  • Aunque no la hagas pública por si hay cambios de última hora que se te puedan ocurrir, ten una planificación detallada de la asignatura día a día, y actualízala cada cuatrimestre. Es decir, el primer año haces la planificación estimada para cada día de clase, y al terminar cada clase, anotas hasta dónde has cubierto de tu planificación estimada para ese día: si te faltó o sobró tiempo, si hubo alguna incidencia (por ejemplo, que pasen las encuestas de satisfacción del alumnado, que siempre se lleva tiempo…) En años sucesivos usas las anotaciones del curso anterior como referencia, y añades las nuevas modificaciones. Como se ve en la foto al final del post, yo lo hago en papel (soy una informática ludita 🙂 ): a partir del calendario de Google me imprimo los meses del semestre, marco todos los días festivos, y para cada día de clase divido el espacio asignado en dos: arriba copio las anotaciones del año anterior, y abajo añado las nuevas anotaciones del curso.

El próximo día hablaremos sobre las clases en sí.


[En español]

The previous post was the introduction to this series of posts,  and I also commented a couple of ideas about the amount of materials you have to prepare for a class and how to use slides. This post deals with the preparation of the lessons and the planification of a course . Here I go:

  • Always prepare your lessons, even if you have been teaching the course for years. Some lessons are particularly complicated and you need a full understanding of the main concepts, or maybe you could try new ways of explaining those ideas. Other lessons just need a brief recap, but you also have to do that. And this also applies to lab exercises. To sum up: never wing it (or, well, it’s not you, it’s me: I can’t wing it 🙂 )
  • I always solve  the lab exercises and the exams before passing them to the students:
    • Not preparing the lab exercises may lead to things not working when you finally have the lab session, and you cannot always solve the problem on the fly (even with a thorough preparation, do not forget that Murphy is a pro and something will fail with probability close to 1). If there is some change on the software or the hardware between academic years, it is a good idea to repeat the lab exercises again, just to check if the change has an effect on your solved exercises (of course, it will have an effect 😉 ).
    • If you do not solve the exam before (either quiz or problem based), there are two possible unpleasant outcomes: that a mistake in the exam prevents the students from solving it, or that the exam takes more time than it should be desirable. Apart from measuring the time it takes me to solve the exam, I leave it “sleeping” for a few days and then solve it again, as a double check.
  • Although you do not make it public because you may want to do some last minute changes, you should keep a day to day planning of your course, that will be updated each term. That is, the first year you teach a course you prepare an estimated planning for each day of class; at the end of every class, you jot down if you have fulfilled your estimation for that day: maybe you run short of time for your explanations, or if there was some kind of time consuming incidence (for example, that the official satisfaction surveys for that year are passed in your class). In the following years use those annotations of the previous year as a reference, and add the new modifications. As you can see in the picture, my schedule is paper based (I am a luddite computer scientist  🙂 ): I print a Google calender of the months of the semester, mark all the holidays, and for each day of class I divide every box into two: I copy my notes from the previous years above, and after each class I write down the new incidences below.

Next day we will talk about lectures.

Show me how to teach (I)

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[In English]

Cuando escribo sobre educación normalmente lo hago pensando en los alumnos como destinatarios. Con este título tuneado de Audioslave (¡gracias!) comienzo una serie de entradas para contar mi experiencia de 16 años como profesora en diferentes titulaciones de Grado y Máster donde se incluyen asignaturas de mi área, Ingeniería de Sistemas y Automática.

Le he dado bastantes vueltas antes de publicar esto porque me daba un poco de pudor: no quiero que parezca que estoy dando lecciones -nunca mejor dicho 🙂 – a nadie. Lo que cuento aquí es lo que intento hacer como profesora, pero nadie es perfecto y mis alumnos pueden dar fe de que yo no lo soy. Mi único interés es dejar por escrito algunos trucos que me hubieran venido la mar de bien cuando empecé a dar clases.

Muchas cosas las he aprendido gracias al método de prueba-y-error, o mejor dicho, prueba-sufrimiento-y-error, es decir, a base de pifias y malos ratos. A mí me asignaron las asignaturas, el temario, algunos materiales (tengo la suerte de tener compañeros muy majos) y hale, que comiencen los juegos de la tiza. Afortunadamente  la cosa ha cambiado, y ahora es posible encontrar muchos cursos de formación docente que te permiten enfrentarte mejor a las clases, algunos incluso destinados específicamente a los profesores noveles.

Si tuviera que darle un único consejo a mi yo de x-16 años, le diría una cosa: las clases te van a llevar mucho tiempo, muuuuucho más tiempo del que crees. Y eso va a significar, al menos en la universidad española, que vas a tener que hacer encaje de bolillos y malabares para que la dedicación a la docencia no se convierta en un suicidio profesional y te penalicen por no hacer investigación. Pero cuando veas que un alumno disfruta de unas prácticas, o  entiende por fin un concepto que le resultaba complicado, verás que todo vale la pena.

En fin, como hoy es el primer día de clase, digo, el primer post 😉 , tampoco me quiero enrollar mucho; ahí van dos cosas que he aprendido sobre la cantidad de contenido de las clases:

  • Siempre hay que tener más material preparado del que pienses que vas a dar, sobre todo cuando la asignatura es nueva y/o no tienes mucha experiencia docente: más vale que sobre que no que falte. Si además utilizas transparencias para las clases, verás cómo vuelan las puñeteras, así que no te confíes.
  • Al hilo de lo anterior: ¿transparencias sí o no? Pues yo ahora las utilizo mucho, pero con precaución. En mis asignaturas no sigo un libro, así que las transparencias suplen ese papel para que los alumnos puedan estudiar en casa. Pero en el aula procuro, si se puede, mezclarlas con vídeos, ejercicios prácticos (dejándoles tiempo para que los intenten resolver antes de que yo lo haga en la pizarra), y ejercicios de programación. Es decir, actividades que rompan un poco la monotonía, porque estar dos horas hablando continuamente los aburre a ellos (y a ti y a cualquiera).

El próximo día hablaremos sobre la preparación de las clases 🙂


[En español]

When I write about teaching, I usually write with the students in mind. With this title customized from Audioslave (¡thanks!) I start a series of posts in order to tell my own experience after 16 years teaching in different Bachelor and Master programs that include subjects belonging to my area, which is Systems Engineering and Automation.

I have thought a lot about publishing this because in a certain way it is embarrassing for me: I am not lecturing (nice joke there) anyone. What I am telling here is what I try to do as a teacher, but no one is perfect and my students are the perfect witnesses of that. My only goal is to put down some tricks that would have be great to know when I began teaching.

I have learnt many of these things via trial-and-error, or properly speaking, trial-pain-and-error, that is, making mistakes and having hard times. When I began to teach, they assigned me the subjects, the syllabuses, some materials (I am so lucky to have nice workmates) and hey, let’s the chalk games begin. Luckily, things have changed a lot, and now you can find a lot of teaching training courses that helps you to prepare your lessons, and some of those courses are specifically aimed to junior teachers.

If I could give only one piece of advice to my x-16 years self, I would say this: teaching takes time, waaaaaaay more time than you think. And this means that, at least in the Spanish University, you will have to massively juggle in order to avoid that teaching becomes your professional suicide and get punished for not doing research. But that day when you see your students are really enjoying a lab session, or when they finally understand a concept that was difficult to grasp, you will see that it was all worth it.

Anyway, since today is the first day of class, I mean, the first post 😉 , without much ado, here you have two things I have learnt about the amount of materials you need for your classes:

  • Always have more materials for your classes than you think you are going to need, especially when the course is a new one and/or you do not have many teaching experience: it’s better to overstimate than to understimate. If you use slides for your lessons you will see how those fracking things fly, so don’t get too confident.
  • Now that we talk about slides… are they heaven or hell? Well, I use them now a lot, but cautionarily. I do not follow a text book in my courses, so slides must be the basis for the students work at home. But in my classes I try to mix them, if possible, with videos, practical exercises (that students should try to solve on the fly before I do), and programming exercises. That is, activities that break the monotony of the lecturing, because two hours of talking bores them (and you and anyone else).

Next day we will speak about how to prepare your lessons 🙂